ASÍ ES COMO CAMBIA TU PIEL CON EL PASO DE LOS AÑOS


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Tengas la edad que tengas, tu piel está cambiando constantemente. Lo más probable es que el aspecto que tienes a los 25 se vea muy diferente 10, 20 o hasta 30 años después. Pero, ¿cómo cambia tu piel a medida que envejeces? ¿Qué tipo de cambios puedes esperar ver y qué está pasando más allá de lo que ves, es decir, dentro de tu cuerpo, para causar esos cambios que ves en el espejo? Mira lo que los dermatólogos explican sobre lo que le sucede a tu piel en cada etapa de tu vida.

Los veintes, reflejo de la juventud

Es posible que comiences a notar cambios en tu piel a los 20 años, pero la verdad es que la base de esos cambios comenzó mucho antes. Tu piel refleja todo lo que le has hecho, y se cree que la mayor parte del daño de los rayos ultravioleta ocurre antes de los 15 años. Si no utilizaste protector solar cuando eras niña o adolescente, ese daño comenzará a mostrarse a la edad de los veinte años. 

Las pecas, el melasma o incluso las primeras manchas solares pueden comenzar a aparecer o volverse más pronunciadas. Las arrugas leves comienzan a aparecer alrededor de los ojos y en la frente, y la piel se vuelve más opaca. Las líneas de expresión se forman en la infancia, pero luego, a medida que pasa el tiempo, se convierten en pliegues. 

Los treintas, la madurez

A los treinta y tantos, ese daño solar puede volverse aún más prominente. Comienzan a desarrollarse más decoloración, pecas y pigmentación. Los cambios hormonales en el cuerpo también pueden desencadenar brotes. Las mujeres pueden experimentar acné hormonal por primera vez en sus vidas, empeorando justo antes de la menstruación o la ovulación con acné quístico. 

Todos esos cambios hormonales también pueden provocar melasma, una afección de la piel que causa hiperpigmentación. El melasma a menudo aparece en este momento y es el resultado de cambios hormonales o el parto. Los cambios en la distribución de la grasa en la cara también pueden provocar cambios en la tez, ya que la pérdida de grasa comienza a ocurrir en la cara de los treinta.

Los cuarentas, la estabilidad

A medida que llegas a los cuarenta, todos los cambios en la piel que comenzaron hace décadas, como la pigmentación, el daño solar, la producción más lenta de colágeno y las líneas de expresión y arrugas, continúan acelerándose. Comienzas a ver el impacto del envejecimiento en cambios de pigmentación más persistentes y arrugas más profundas.

Los cambios de textura, como el adelgazamiento de la piel, pueden volverse más notorios. A medida que nuestra piel se adelgaza, las arrugas leves pueden volverse más visibles y la visibilidad de los vasos sanguíneos alrededor de los ojos, los labios o la nariz, puede aumentar.

También comenzarás a notar cambios en la firmeza y la elasticidad, pues toda la producción de elastina se detiene casi por completo. 

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Los cincuentas, cambios radicales 

Otra ola de cambios hormonales también generará cambios en tu piel. Durante esta década, la mayoría de las mujeres pasarán por la menopausia y habrá una caída en los niveles de estrógeno. A medida que éste disminuye, la piel se vuelve más seca y menos tersa. El estrógeno afecta directamente la capa de colágeno de la piel, por lo que si hay menos estrógeno, hay menos colágeno. En este momento también es cuando el daño solar se convierte en un verdadero problema, pues pueden aparecer manchas solares, queratosis seborréica, lesiones cutáneas pre cancerosas e incluso cáncer de piel.

Los sesentas, plenitud 

Incluso si has cuidado tu cutis religiosamente durante toda tu juventud y etapa adulta, durante los sesentas los cambios en la piel tienden a acelerarse rápidamente y pueden volverse más notables en el proceso. El adelgazamiento de la piel se vuelve exagerado. Las arruga de la piel se aceleran, y las venas visibles, especialmente en las áreas como el dorso de las manos, se vuelven más prominentes. 

No es ningún secreto que a medida que envejecemos, uno de los signos más visibles del envejecimiento suele ser el estado de nuestra piel. Sin embargo, cuando se trata de frenar ese proceso, a menudo nos enfocamos más en encubrir o revertir el envejecimiento que ya ha ocurrido, en lugar de evitar que suceda.

Comprender cómo envejece nuestra piel es un paso importante para tratar de garantizar que no envejezca más rápido de lo necesario. 

Todos envejecemos, de ti depende cómo lo hagas

Cuando somos jóvenes, la mayoría de nosotros tenemos una piel sana, brillante y elástica que se cura rápidamente si se lesiona. Más adelante, los signos visibles del envejecimiento incluyen arrugas, piel flácida y manchas de la edad, pecas, lunares y otros cambios en la pigmentación causados por la luz solar.

También hay cambios debajo de la superficie, ya que el colágeno y las fibras elásticas que permiten que nuestra piel se estire comienzan a degradarse. Uno de los químicos clave en nuestra piel, el ácido hialurónico, se reduce con el tiempo, dejando nuestra piel más seca y áspera. Y habrá cambios en el tono de la piel, la distribución de la grasa y la elasticidad que harán que los contornos faciales también se alteren.

La piel más vieja retiene menos agua y se seca y adelgaza, haciéndola más susceptible a la irritación y la infección, mientras que las heridas tardan más en sanar. Las afecciones médicas y la inflamación crónica de la piel, como el eccema y los trastornos de la tiroides, pueden provocar casos graves si no se tratan en tiempo y forma.

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Qué puedes hacer

La buena noticia es que tomar medidas preventivas puede reducir enormemente el riesgo de envejecimiento prematuro o de que las condiciones de la piel se conviertan en problemas de salud más graves.

Mantenerte alejada de la luz solar intensa, cubrirte y usar protector solar deberían formar parte de tu rutina diaria de cuidado. La exposición a la luz ultravioleta envejece la piel, lo que hace que las arrugas aparezcan antes y aumenta el riesgo de desarrollar cáncer.

Por lo tanto, desde una edad temprana, es bueno adquirir el hábito de proteger tu piel contra los niveles dañinos de los rayos UV.

Asimismo, dejar de fumar no solo reduce las posibilidades de desarrollar cáncer de pulmón, también es bueno para la piel, ya que los químicos del tabaco contribuyen a problemas de la piel que van desde el envejecimiento prematuro hasta la caída del cabello y el cáncer.

Reducir la ingesta de alcohol, que tiene un efecto deshidratante, también es importante, ya que puede conducir a una piel más seca o hasta cáncer de piel. Por supuesto, no olvides la hidratación con cremas, lociones y aceites después del baño y el uso de un jabón suave en las manos.

Por lo tanto, el envejecimiento de tu piel dependerá de una variedad de factores, como tu estilo de vida, dieta, genética y otros hábitos personales como fumar, pues puede producir radicales libres, moléculas de oxígeno que alguna vez fueron saludables y que ahora son hiperactivas e inestables.

Hay otras razones también. Los factores principales que contribuyen a la piel arrugada y con manchas incluyen el envejecimiento normal, la exposición al sol y la pérdida del soporte subcutáneo, es decir, el tejido graso entre la piel y el músculo. Otros factores que contribuyen al envejecimiento de la piel incluyen el estrés, los movimientos faciales diarios, la obesidad e incluso la posición para dormir.

Todas queremos envejecer lo mejor posible, y ahora ya sabes cómo hacerlo de forma saludable para tu piel. ¿Conoces alguna otra forma de prevenir el envejecimiento prematuro del cutis? No olvides enviarle esta información a quien consideres que le pueda ser de utilidad.